martes, 24 de junio de 2014

21J

«Es una de esas noches de fiesta en las que te acabas aburriendo. La verdad, si alguien hubiese propuesto irnos a casa ahora mismo, yo habría estado de acuerdo. Además todas mis amigas están con sus novios, adivinad quien siempre se queda sola.
-Ven conmigo-. Alguien me había cogido de la mano. Oh no, es él.
-¿A donde me llevas?-. Seguía tirando de mi mano, pero la verdad es que me gustaba esa sensación.
-No te voy a dejar aquí sola toda la noche. Vamos, vamos a comer algo.
Vaya, y aquí estoy. Con un medio desconocido comiendo pizza a las cuatro de la mañana.
Pero la verdad, no puedo quejarme, me gusta la conversación que tiene, como me mira, como me toca cuando habla. Sus manos por mis muslos, de arriba a abajo, en círculos. Subiendo por mi espalda, apartándome el pelo.
Vale, estaba claro como iba a terminar aquello.
Y así fue. Él estaba apoyado en la pared y yo de frente. Llevábamos bromeando un buen rato, hasta que me cogió de las manos. Ahí ya fue inevitable, nuestras bocas se juntaron y adiós mundo.
Supongo que era uno de esos momentos en los que deseas que el tiempo se pare, más que nada porque no me sentía tan sola.»

Back to summer paradise with you.

Y vuelvo. Siempre acabo volviendo.
Han sido semanas difíciles, alternando días muy buenos y días muy malos, pero al fin ha llegado mi querido verano. Sol, playa, descanso, música todo el día, y sobre todo, libertad.
Julio y Agosto, dos meses para vivir de verdad, disfrutando de la vida, y para ser libre.
Me esperan dos semanas en una isla paradisíaca, donde todo será sol, playa, y beber zumos en cáscaras de coco. Una semana con mi pequeña, yéndonos solas de vacaciones por primera vez. Una boda en la playa. Miles de fines de semana locos. Por dios que bien suena todo.
Se nota que es verano, a mis demonios les molesta el sol y me dejan en paz unos meses.
Ya no recordaba a mi yo positivo y optimista.
Bienvenido seas verano. (Por todo lo que conllevas.)

sábado, 14 de junio de 2014

(pequeño paréntesis)

Que a veces me doy cuenta de que solo cuento las cosas malas.
¿Y las pequeñas cosas que nos hacen seguir adelante?
Cuando estás ahí abajo, en lo más hondo, y te das cuenta de que estás sola, completamente sola. Desarmada y triste. Sin poder más. Y sola.
Así estaba yo, todos tenemos esas semanas. Y el que diga que no, o miente, o no sabe lo que es vivir.
Y entonces llegó ella. Juro que no me había sentido tan acompañada en la vida. Llegó por sorpresa, recorriendo 300 kilómetros en tren solo para estar conmigo. Por mi. Y yo aún no sabía lo que era sentirse querida, menos mal que llegan persona que te lo demuestran. Sabe cuando estoy mal antes de que se lo diga, sabe lo que pienso, lo que siento, sin necesidad de palabras. Que hemos pasado las mejores cosas y las peores cosas juntas. Ya nada nos puede. (Espero.)
Realmente solo puedo decirle gracias,
y qué corta me quedo.
Ella me ayuda a levantarme siempre, y yo intento hacer lo mismo. Es una amistad de las de verdad.
Solo quería desearos a todos que encontréis a alguien así en vuestras vidas.