Quiéreme por las veces que me callo y reviento la pared a puñetazos, corazón.

Que bonito nombre tiene, felicidad.
Siempre ha sido mi frase favorita. Y ahora de verdad la entiendo. Felicidad. Felicidad en estado puro. No puedo ni expresarlo con palabras. Felicidad es lo que siento ahora mismo, con mi canción preferida de fondo, parece que vuelo, moviéndome de un lado a otro en la silla, escribiendo con una sonrisa en la cara, dulce sensación.
Esto me llena, podría vivir en este instante toda la vida. No sé ni de donde saco toda esta alegría, no sé que me pasa, pero no quiero dejar de bailar, no quiero que la canción se acabe nunca.

Reflexiono y pienso en todos mis pasos, las miles de veces que me vi llorando abajo.

Y por fin puedo escribir algo bonito y que sea en presente.

Magia. Nunca he creído en la magia. ¿Pero qué puede ser si no lo que noto cuando tus labios se pasean por mi cuello? Recorriendo un camino que parece que no va a terminar nunca, que te sabes de memoria ya, que terminas en mi pecho, para pegarme un mordisco de repente y que los dos nos echemos a reír. Por eso, por eso eres tú. Eres capaz de hacerme reír en cualquier momento. Y tú siempre me dices que lo importante es reírse a carcajadas, disfrutar de la vida y ser feliz, y contigo es fácil.



*Se supone que es en verano cuando más tiempo libre debería tener para escribir, pero se ve que estoy más inspirada mientras estudio para los exámenes, así que no creo que me veáis mucho por aquí estos meses, pero volveré. Siempre vuelvo.*